El pasado 11 de junio, la popular plataforma de streaming Netflix estrenó un revelador documental titulado «El caso Air Cocaine: Traficantes de altura». Esta producción profundiza en la increíble fuga de dos pilotos franceses, Pascal Fauret y Bruno Odos, quienes, tras ser condenados en República Dominicana por tráfico de drogas, lograron escapar del arresto domiciliario y regresar a Francia.
El sonado caso «Air Cocaine» se remonta a marzo de 2013, cuando cuatro ciudadanos franceses fueron detenidos en la República Dominicana con casi 700 kilos de cocaína a bordo de un avión que pretendía volar de Punta Cana a Saint-Tropez. Los pilotos Fauret y Odos, inicialmente sentenciados a 20 años de arresto domiciliario por este hecho, protagonizaron una audaz huida que capturó la atención internacional.
Según el documental, la evasión fue meticulosamente planeada por un equipo internacional. Lideraron la operación Christophe Naudin, un criminólogo francés experto en seguridad aérea, y Pierre Malinowski, un exmilitar con experiencia en operaciones especiales. Se escogió deliberadamente un domingo por la mañana, basándose en la creencia de Naudin de que el personal gubernamental dominicano estaría «borracho o con resaca de ron”.
Malinowski había preparado el terreno en Bayahíbe días antes, usando como pretexto la grabación de una supuesta película. El día de la fuga, él, los dos pilotos y Aymeric Chauprade —entonces asesor de Leonel Fernández y diputado del Parlamento Europeo—, se hospedaron en el Hotel Embajador. Partieron en la madrugada hacia Bayahíbe, llegando alrededor de las 5 de la mañana. A pesar de la presencia de militares en el lugar, se percataron de que la custodia no estaba relacionada con ellos.
Una vez en el mar, el pescador dominicano al que se le pagaron 800 euros por el viaje, los reconoció de inmediato como «los dos peces más grandes» que había transportado. La tensión aumentó cuando el pescador se negó a continuar más allá de ciertos límites, siendo amenazado por Malinowski para que prosiguiera la ruta.
Desde aguas internacionales, el viaje clandestino los llevó primero a Saint Martin, luego a Pointe-à-Pitre y Fort-de-France, para finalmente aterrizar en el aeropuerto de Orly, París. Esta fase aérea también fue coordinada, involucrando a pilotos y sobrecargos en la operación, según Naudin. Aymeric Chauprade, uno de los involucrados, reveló que sus intentos de mediar políticamente para una liberación negociada fueron infructuosos.
El ex procurador Francisco Domínguez Brito, quien participó en el documental, calificó la decisión judicial de permitir el arresto domiciliario como «errada» y «equivocada», señalando que «el riesgo fue lo que pasó».
Los directores de la producción, Maxime Bonnet y Jérôme Pierrat, junto con el codirector Olivier Bouchara, han compartido su proceso periodístico. Bouchara mencionó que no actuaron como jueces, sino como periodistas, y que incluso después de la filmación, no tienen una convicción plena sobre el grado de implicación de los pilotos en el crimen, manteniendo una «conversación» abierta en lugar de un veredicto.
Cabe destacar que, a pesar de sus condenas iniciales en República Dominicana y una primera instancia en Francia (donde fueron sentenciados a seis años en 2019 por tráfico de drogas en banda organizada), Pascal Fauret y Bruno Odos fueron absueltos en 2021 por la corte especial de apelaciones francesa de Aix-en-Provence.
