El uso de combustibles sólidos como leña y carbón para cocinar ha experimentado una marcada disminución en la República Dominicana en los últimos seis años. Según datos de la Oficina Nacional de Estadística (ONE), en 2022, solo el 1.37% de la población optó por la leña como fuente de combustible, una cifra notablemente inferior al 2.28% registrado en 2017. Del mismo modo, el uso de carbón ha descendido, pasando del 1.56% en 2017 al 0.65% en 2022.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que los combustibles sólidos son contaminantes, ya que su uso inadecuado en la cocina puede exponer a los residentes del hogar a emisiones de aire nocivas y cancerígenas, contribuyendo a aproximadamente cuatro millones de muertes prematuras en el mundo cada año. El Boletín Informativo «Perspectiva sobre Salud Ambiental: Condiciones del Aire, Agua y Suelo» indica que el uso de combustibles no limpios para cocinar ha disminuido del 5% al 2% entre 2016 y 2022, lo que sugiere que a nivel nacional no hay grandes desafíos para reducir la utilización de combustibles como madera, carbón, leña, excrementos de animales y residuos agrícolas.
Sin embargo, al analizar esta estadística por zona de residencia, se observa que el porcentaje de hogares que utilizan estos combustibles en zonas rurales puede ser hasta 19 veces mayor que en zonas urbanas.