Después de tres décadas de crecimiento constante, Nvidia ha hecho historia en Wall Street al convertirse en la primera empresa pública valorada en 4 billones de dólares, superando incluso a gigantes como Apple y Microsoft. El hito se alcanzó este jueves, cuando las acciones de la compañía cerraron la jornada cotizando por encima de los 164 dólares.
El vertiginoso ascenso de Nvidia refleja la fe de los inversionistas en que la inteligencia artificial (IA) transformará la economía global al nivel de la Revolución Industrial. La compañía, dirigida por Jensen Huang, ha sido pieza clave en esta revolución, al apostar desde hace más de una década por los chips conocidos como GPU, fundamentales para el desarrollo de sistemas de IA.
La apuesta comenzó a rendir frutos en 2022, tras el lanzamiento de ChatGPT por parte de OpenAI, que desató una carrera global por desarrollar nuevas tecnologías basadas en IA. Desde entonces, empresas como Microsoft, Meta, Alphabet y Amazon han destinado miles de millones de dólares a centros de datos que dependen, en su mayoría, de chips fabricados por Nvidia.
Actualmente, la empresa controla más del 80 % del mercado de procesadores utilizados en inteligencia artificial. La demanda es tan alta que incluso figuras como Elon Musk y Larry Ellison han llegado a solicitar personalmente más unidades al propio Huang.
En cifras, los ingresos netos de Nvidia pasaron de 4.400 millones de dólares en el año fiscal 2023 a más de 73.800 millones en 2025. Su capitalización bursátil se disparó desde los 330.000 millones de dólares en 2022 hasta alcanzar los 4 billones actuales.
Este fenómeno recuerda el auge de compañías tecnológicas durante la era puntocom, como Cisco o Juniper Networks. Sin embargo, analistas como Mark Lipacis de Evercore ISI consideran que Nvidia tiene más potencial de permanencia, y la comparan con Apple en la era del teléfono inteligente.
El éxito ha catapultado a Jensen Huang al estatus de celebridad tecnológica. Con una participación del 3.5 % en la compañía, su fortuna supera los 135.000 millones de dólares. No obstante, el camino hacia el futuro no está libre de obstáculos.
Nvidia enfrenta crecientes desafíos: competidores como AMD y los propios gigantes tecnológicos están desarrollando chips alternativos; los reguladores de EE. UU., Europa y Asia han puesto bajo la lupa sus prácticas comerciales; y las tensiones geopolíticas, especialmente con China, podrían afectar su estabilidad.
Aun así, analistas como Daniel Newman, del Futurum Group, creen que el mercado es lo suficientemente amplio para múltiples actores exitosos, aunque la permanencia de Nvidia dependerá de su capacidad para seguir ejecutando con precisión.
