No solo es el túnel ferroviario más largo de China, sino el más difícil del mundo, según sus creadores, claro. Tiene casi 35 kilómetros de largo y atraviesa una montaña de una complicación enorme.
Cuando hablamos de megaconstrucciones, un nombre que siempre sale a relucir es el de China. Hemos visto al gigante asiático levantar verdaderas proezas como el Gran Puente de Danyang-Kunshan con 164 kilómetros de longitud; el puente Lvzhijiang de 800 metros, con una sola torre, y el túnel submarino Hong Kong-Zhuhai-Macao con 55 kilómetros de extensión. Y cuando se trata de construir túneles bajo montañas, tampoco se quedan atrás.
Un ejemplo es el túnel Gaoligongshan, con aproximadamente 34 kilómetros de longitud, y es el túnel ferroviario más extenso de China. Sin embargo, se encuentra en una zona extremadamente complicada.
A China le apasionan los trenes. El país posee una de las industrias ferroviarias más avanzadas, tanto que sus empresas son contratadas en otros países para construir vías (como los 6000 kilómetros en Argelia) o para fabricar los propios trenes (como el tren solar de la Quebrada en Argentina). Dentro de sus fronteras, el tren es un medio de transporte ideal tanto para mercancías como para personas.
Cuentan con algunos de los trenes más rápidos del mundo, como el tren bala autónomo. Han apostado por tecnologías como los trenes maglev y han construido estaciones impresionantes, como la imponente estación de Guangzhou, que aspira a convertirse en el epicentro de comunicaciones de la región. Incluso han desarrollado estaciones de metro ubicadas en medio de complejos residenciales.
Más de 30 kilómetros de vital importancia estratégica. Dentro de su ambicioso plan ferroviario, destaca la ruta Dali-Ruili, un componente clave en el proyecto de expansión de la red ferroviaria a medio y largo plazo de China. Su objetivo es mejorar la conectividad con las regiones más occidentales del país y hacer que el comercio sea más competitivo en términos de costos. Se pretende que esta ruta forme parte de la red transasiática, con una extensión hacia el oeste para enlazar con los ferrocarriles en Myanmar, creando así un corredor de transporte terrestre desde el Pacífico hasta el Índico. Sin embargo, para lograr este ambicioso objetivo, es necesario atravesar una montaña. Tras una década de estudios, en 2014 comenzaron las obras del túnel Gaoligong en la montaña.
Esta montaña es como una barrera natural en la provincia de Yunnan y lo más óptimo era atravesarla debido a que sus 3.500 metros hacen que otro tipo de planteamiento sea… complejo. El túnel es recto, con una longitud de 34,5 kilómetros y una profundidad máxima de hasta 1,15 kilómetros que permitirá que el tren vaya a una velocidad de 140 kilómetros por hora. Lo más importante es que hará que un trayecto de nueve horas en coche se reduzca hasta las cuatro horas y media.
Una montaña que desafía. A primera vista, podrías pensar que con la gran cantidad de túneles de más de 50 kilómetros y las numerosas obras en toda China, este túnel no es gran cosa. Aunque es el túnel ferroviario más largo del país, podría parecer que no tiene nada de especial aparte de su longitud. Sin embargo, lo que hace extraordinario a este proyecto no son sus dimensiones, sino la enorme dificultad que implica.
El desafío radica en su ubicación en la franja sísmica del Himalaya, una región activa donde se encuentran la placa del océano Índico y la placa Euroasiática. Esta área, conocida como ‘tres altos’ (alta geotermia, alto estrés geológico y alta intensidad sísmica) y ‘cuatro activos’ (movimiento neotectónico, actividad geotérmica, condiciones geológicas dinámicas y proceso de transformación superficial de pendientes), es extremadamente compleja. Esta complejidad ha prolongado significativamente el proceso de preparación del proyecto.
El proceso de construcción del túnel enfrentó desafíos sin precedentes. Durante 21 kilómetros, los trabajadores realizaron operaciones de voladura en sedimentos más manejables, mientras que para otros casi 15 kilómetros utilizaron tuneladoras. Para garantizar la seguridad y la eficiencia del trabajo, se excavaron dos pozos verticales profundos (de 760 y 642 metros) y un pozo inclinado de casi 3.900 metros. Este proyecto representa el túnel más largo en la historia de la construcción ferroviaria en China.
El nivel de preparación y estudio previo para este túnel fue excepcionalmente extenso, ya que la presión de la roca circundante equivale a una carga de 3.122 toneladas por metro cuadrado de superficie de trabajo. Además, la temperatura en la zona del pozo inclinado supera los 38 grados Celsius, lo que excede los niveles máximos de temperatura comunes en la construcción de túneles en China. El Grupo de Túneles Ferroviarios de China afirma que esta construcción no tiene precedentes en la historia mundial de la construcción de túneles.En 2020 se concluyeron los procesos de la fase 1 tras 89 meses de trabajo, pero la fase dos, que incluye la construcción del túnel piloto paralelo, se espera que finalice en noviembre de 2025, lo que llevará la duración total del proyecto a 131 meses. Este prolongado periodo de tiempo refleja la complejidad y los desafíos que enfrentaron los ingenieros y trabajadores durante la construcción del túnel Gaoligongshan.
Imagen: 瑞丽江的河水
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