En el marco del nuevo acuerdo de cooperación entre la República Dominicana y Estados Unidos, confirmado tras la visita oficial del secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, comenzaron a llegar al territorio nacional aeronaves estratégicas de la Fuerza Aérea norteamericana. Entre ellas figuran los aviones cisterna KC-135 y los C-130 Hércules, que se integrarán a las operaciones que Washington ha intensificado recientemente contra el narcotráfico en la región.
KC-135 Stratotanker
El KC-135, considerado uno de los principales activos de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, es un avión cisterna capaz de transferir combustible en pleno vuelo, lo que permite extender por horas las labores de vigilancia aérea y marítima. Además, puede utilizarse para evacuaciones aeromédicas, trasladando pacientes hacia centros militares más seguros.
Según informó la Embajada de Estados Unidos, estas aeronaves formarán parte de la Operación Lanza del Sur, ampliando las capacidades de patrullaje, monitoreo e interdicción en áreas marítimas y aéreas donde operan redes de tráfico ilícito. “Los KC-135 brindarán un apoyo esencial mediante reabastecimiento de combustible a aeronaves de países aliados, garantizando operaciones sostenidas de detección y rastreo”, indicó la misión diplomática.
C-130 Hércules
También arribarán al país los reconocidos C-130 Hércules, aeronaves de transporte militar utilizadas para movilizar tropas, equipos y suministros directamente hacia zonas de operación. En el marco de esta cooperación bilateral, estos aviones también servirán para misiones de evacuación aeromédica, combate de incendios, reconocimiento meteorológico y asistencia en situaciones de emergencia, según precisó la embajada estadounidense.
Operación Lanza del Sur
La Operación Lanza del Sur, anunciada el pasado 13 de noviembre por el secretario de Defensa Pete Hegseth, tiene como objetivo “desarticular el tráfico de drogas y armas manejado por organizaciones criminales transnacionales y grupos terroristas identificados por Estados Unidos”. La iniciativa abarca diversas rutas en aguas internacionales del mar Caribe, consideradas corredores críticos utilizados para actividades ilícitas.
Con la llegada de estas aeronaves, ambos países buscan reforzar las capacidades de vigilancia y respuesta rápida frente al crimen transnacional en la región.
