En la misa por la 39ª Jornada Mundial de la Juventud, celebrada este domingo en la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco instó a los jóvenes del mundo a evitar el afán por el reconocimiento fugaz, como ser «estrellas de un día» en redes sociales, y les animó a vivir con sinceridad y autenticidad.
Durante su homilía, el pontífice relató una experiencia personal para advertir sobre el riesgo de «maquillar el alma» y alentó a los jóvenes a no traicionar sus valores en busca de aceptación. «Vuestra dignidad no se vende», subrayó, exhortando a no dejarse manipular por quienes prometen falsas ilusiones.
Francisco reflexionó sobre los retos del mundo actual, como las divisiones sociales, la precariedad laboral y los desastres ecológicos, y llamó a practicar el amor y la caridad en medio de la adversidad. «El cielo en el que están llamados a brillar es más grande: es el cielo de Dios», afirmó.
La celebración marcó también el paso del testigo para la próxima JMJ, que se realizará en 2025 en Seúl, Corea del Sur. Una delegación de jóvenes portugueses entregó los símbolos de la jornada a representantes coreanos, dando inicio a un nuevo capítulo en este encuentro mundial de fe y esperanza.