María Casilda, una mujer oriunda de Santo Domingo, aún no puede borrar de su mente la frase que la acompañó mientras luchaba por mantenerse a flote en medio del mar: “¿Será que este es mi final?”. Esa madrugada del viernes, frente a las costas de Playa Juanillo, en Verón-Punta Cana, vivió el drama de un naufragio que casi le cuesta la vida.
Casilda fue una de las primeras personas rescatadas tras el hundimiento de una yola en la que viajaban de manera ilegal hacia Puerto Rico. Agradecida por haber sobrevivido, narró que en medio del caos un compañero le lanzó un pote para ayudarla, pero tuvo que soltarlo al percibir que contenía gasolina y le dificultaba respirar. Poco después, divisó a un joven con salvavidas, le pidió auxilio y este logró llevarla hasta una boya. Desde allí, con gran esfuerzo, logró nadar hasta la orilla, donde un hombre la ayudó a salir del agua.
“Fue una experiencia terrible. Había demasiadas personas. El capitán intentó maniobrar para acercarse a la orilla, pero los motores se apagaron. La gente comenzó a lanzarse al agua y la yola se hundió”, relató con evidente conmoción.
Casilda también reveló que fue quien dio la voz de alerta a las autoridades, ya que otro de los sobrevivientes se negó por temor a ser arrestado.
En medio de su testimonio, hizo un llamado a quienes consideran lanzarse a este tipo de travesías marítimas: “Eso se ve bonito de lejos, pero en el camino todo se complica”.
El naufragio dejó al menos 17 personas rescatadas por las autoridades y pescadores locales en la zona de La Altagracia.