El Oriente Medio se encuentra inmerso en una grave crisis después de una serie de ataques sin precedentes entre Israel e Irán, que han llevado a ambos países a declarar un estado de emergencia y han encendido las alarmas globales sobre una escalada bélica mayor.
La «Operación León Ascendente» de Israel
Israel lanzó una ofensiva a gran escala, bautizada como «Operación León Ascendente», contra objetivos estratégicos en Irán, golpeando su infraestructura nuclear y de misiles. El Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, describió esta acción como «una de las mayores operaciones militares de la historia», cuyo propósito era desmantelar la amenaza nuclear y de misiles balísticos que representa la República Islámica. Las explosiones resonaron en la capital iraní, Teherán, durante el ataque preventivo.
Entre los objetivos prioritarios se encontraban la principal instalación de enriquecimiento de uranio en Natanz, así como otros sitios nucleares como Fordow, Khondab, Isfahan y Bushehr. Israel argumentó que Irán había acumulado suficiente uranio altamente enriquecido para nueve bombas atómicas y estaba dando pasos para armar este material, lo que constituía una «amenaza clara y presente para la propia supervivencia de Israel».
La operación fue el resultado de años de planificación encubierta, vigilancia e infiltración por parte de la inteligencia israelí, una coordinación estrecha entre la fuerza aérea, la Dirección de Inteligencia Militar y el Mossad. Funcionarios de seguridad israelíes revelaron que el Mossad ejecutó numerosas acciones encubiertas dentro de Irán, incluyendo el establecimiento de una base secreta de drones explosivos y el uso de sistemas de armas de precisión para neutralizar las defensas aéreas iraníes y destruir misiles tierra-superficie que representaban una amenaza para Israel. Las operaciones incluso lograron engañar a altos mandos de la fuerza aérea iraní para que se reunieran, lo que facilitó su eliminación, impactando a la mayoría de su liderazgo.
Los ataques israelíes fueron decisivos, eliminando a varios altos líderes militares y científicos nucleares iraníes. Entre los fallecidos figuran el Comandante en Jefe del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC), Hossein Salami, el Jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, General Mohammad Bagheri, y el Comandante de la Fuerza Aeroespacial del IRGC, Amir Ali Hajizadeh. Netanyahu sentenció que «el régimen no sabe qué les golpeó, ni qué les golpeará. Nunca ha sido más débil». A pesar de los daños, el Director General del OIEA, Rafael Mariano Grossi, confirmó que los niveles de radiación fuera de la instalación de Natanz permanecían sin cambios.
La Respuesta de Irán: «Verdadera Promesa 3»
Irán respondió rápidamente con un masivo aluvión de misiles y drones, en lo que denominó «Operación Verdadera Promesa 3». Las sirenas de ataque aéreo sonaron en todo Israel, y el sistema de defensa antimisiles Iron Dome se activó, logrando interceptar un gran número de proyectiles. Sin embargo, no todos los misiles fueron detenidos; reportes de Fox News indicaron impactos directos, causando daños y heridos en la región metropolitana de Tel Aviv. Equipos de emergencia trataron a cinco personas con heridas de metralla y a cuatro por ansiedad, con imágenes que mostraban vehículos destrozados y calles calcinadas. También se identificó un misil lanzado desde Yemen que impactó en la zona de Hebrón.
El corresponsal jefe de Fox News, Trey Yingst, describió la situación como «sin precedentes» para una ciudad israelí, con una «cantidad masiva de fuego» dirigida hacia Tel Aviv. Fuentes regionales sugirieron que Irán lanzó cerca de 100 misiles balísticos, de los cuales entre 5 y 7 lograron evadir las defensas israelíes.
Reacciones y Consecuencias Internacionales
La comunidad internacional reaccionó con una honda preocupación. El Secretario General de la ONU, António Guterres, condenó la escalada militar y los ataques israelíes a las instalaciones nucleares iraníes, urgiendo a ambas partes a la «máxima contención». Francia también hizo un llamado a la «máxima contención» y a la desescalada, reiterando su oposición al programa nuclear iraní. Arabia Saudita condenó enérgicamente a Israel, calificando sus acciones de «agresiones descaradas» que minan la soberanía de Irán y violan las leyes internacionales.
El expresidente de EE. UU. Donald Trump, quien había sido informado previamente de los ataques israelíes y conversó con Netanyahu, advirtió a Irán que «los próximos ataques ya planificados serían aún más brutales» si Teherán no accedía a un acuerdo sobre su programa nuclear. Funcionarios estadounidenses confirmaron que las fuerzas estadounidenses, incluyendo los destructores USS Sullivans y USS Arleigh Burke, estaban asistiendo a Israel en la interceptación de misiles iraníes con sistemas como Patriot Pac-3 y Thaad, buscando proteger a ciudadanos y activos estadounidenses en Israel.
Tras los ataques, Irán anunció, a través de la televisión estatal, su retirada de las negociaciones nucleares con EE. UU.. Además, la misión de Irán ante la ONU solicitó una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad para abordar lo que calificó de «acto de agresión descarado e ilegal» de Israel. El ayatolá Ali Jamenei, líder supremo de Irán, condenó el ataque israelí, prometiendo que el «régimen sionista ha preparado para sí un destino amargo y doloroso».
Impacto y Perspectivas Futuras
La situación ha afectado severamente la aviación civil; las aerolíneas han desviado vuelos y Delta ha suspendido sus rutas a Tel Aviv hasta finales de agosto. Los espacios aéreos de Israel, Jordania, Irak e Irán fueron cerrados temporalmente.
En ciudades como Nueva York, el Departamento de Policía (NYPD) aumentó las medidas de seguridad en sitios judíos e israelíes por precaución ante la escalada en Oriente Medio.
Netanyahu insistió en que la lucha de Israel es contra el régimen iraní, no contra su pueblo, aludiendo a la antigua amistad entre las naciones y concluyendo con la frase «Valiente pueblo de Irán, la luz derrota a la oscuridad». Sin embargo, el embajador israelí ante la ONU, Danny Danon, advirtió que se vislumbran «días intensos» y que Israel está «listo para la posibilidad de misiles balísticos» de Irán. El Primer Ministro también sugirió que la operación podría extenderse por «varias semanas».
Por su parte, el príncipe heredero exiliado de Irán, Reza Pahlavi, hizo un llamado al derrocamiento de la República Islámica como la «única solución» a la crisis. El conflicto actual subraya una confrontación directa entre Israel e Irán, un escenario «que todos discutieron durante décadas», según Trey Yingst. Este desarrollo marca un momento crítico para la seguridad regional, con Israel reafirmando su postura de que «la libertad no se preserva solo con palabras, exige coraje, vigilancia y la determinación de actuar cuando sea necesario».
