Un incendio de grandes proporciones arrasa sin control en Pacific Palisades, al oeste de Los Ángeles, provocando la evacuación de más de 30,000 personas y dejando a cientos sin hogar mientras las llamas consumen viviendas en su camino.
Entre los afectados está Robyn Johnson, de 53 años, quien enfrenta la incertidumbre de no saber si su apartamento aún está en pie. «Solo logré empacar dos mochilas. Si nuestra casa se destruye, será un golpe devastador, especialmente en California, donde el costo de vida es altísimo», comenta Johnson, una maestra jubilada.
Johnson fue llevada al refugio habilitado en el Westwood Recreational Center gracias a la ayuda de un bombero. Aunque resignada, teme por el futuro de su comunidad: «Esta es una zona de ricos, pero yo no lo soy. Lo he perdido todo».
El incendio, que comenzó la mañana del martes, ha pasado de consumir 200 acres a arrasar casi 3,000 en solo unas horas, avivado por intensos vientos. Según el Departamento de Bomberos de Los Ángeles (LAFD), a pesar de los esfuerzos de los equipos de emergencia, el siniestro sigue fuera de control.
Aunque no se han reportado víctimas fatales, más de 10,000 viviendas y unas 13,000 estructuras están en peligro, incluidas edificaciones emblemáticas como la Getty Villa, conocida por su colección de arte antiguo.
El refugio de la Cruz Roja en Westwood ha recibido hasta ahora a unas 40 personas, pero tiene capacidad para albergar a 200 más. «El lugar cuenta con medidas de seguridad, soporte psicológico, atención médica y alimentación para quienes lo necesitan», señala Ricardo Alterno, voluntario de la organización.
La mayoría de los evacuados son personas mayores, aunque el refugio también está preparado para recibir mascotas.
La preocupación por el avance del incendio trasciende a las zonas afectadas. Annie Goeki, residente de Santa Mónica, expresó su inquietud: «Aunque ahora me siento segura, temo que esto pueda alcanzarnos. Es devastador para la gente, los animales y la tierra. Esto es una consecuencia del cambio climático».
Las autoridades advierten que los fuertes vientos, previstos hasta el jueves, podrían intensificar el avance de las llamas, complicando aún más la situación en esta región de California.
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