A sus 25 años, Darren fue promovido junto con el lanzador derecho Zach Brzykcy como parte de las adiciones de septiembre del equipo. Su debut fue aún más especial con su padre, Dusty Baker, viajando desde California para estar presente en el Nationals Park y ser testigo del logro de su hijo.

“Siempre supe que Darren llegaría a las Grandes Ligas porque es lo que siempre ha deseado”, comentó Dusty Baker, quien ha sido testigo de la dedicación y talento de su hijo. “Está agradecido por la oportunidad, pero se siente cómodo, como si estuviera en casa”.

Darren, quien ganó notoriedad cuando era niño por su papel como recogebates en la Serie Mundial de 2002, ha estado inmerso en el béisbol toda su vida, y esa familiaridad con el entorno se reflejó en su tranquilo desempeño en el campo.

El sencillo de Darren fue el punto culminante de un día que, aunque terminó en derrota para los Nacionales, será recordado por la familia Baker como un hito en su historia personal y profesional.

“Ver a mi papá en las gradas hizo que este día fuera aún más especial”, dijo Darren. “Este momento quedará grabado en mi memoria”.

Darren Baker llega a las Grandes Ligas después de una destacada temporada con el equipo Triple-A Rochester, donde bateó para .285 con 20 dobles, 49 impulsadas y 38 bases robadas en 112 partidos. Con su debut, la historia de los Baker en el béisbol continúa, ahora con una nueva generación dejando su huella en el diamante.