El Primer Juzgado de la Instrucción del Distrito Nacional recibió una nueva querella particular en contra de Ana Grecia López, madre de Maribel y Antonio Espaillat, señalados como responsables del colapso del techo de la discoteca Jet Set ocurrido la madrugada del 8 de abril de 2025, tragedia que dejó 236 muertos y más de 180 heridos.
La acción legal fue presentada por la familia de Ramón Osiris Blanc Castillo, una de las víctimas mortales del derrumbe, representada por su esposa, Patricia Elizabeth Paola Ulloa, y sus hijos Valerie Patricia, Osiris Arturo y Osiris Armando Blanc Paola. La querella se interpuso a través de los abogados Jorge Lora Castillo, Jorge G. Lora Olivares y José Stalin Almonte Diloné.
Según el expediente, Ana Grecia López aparece en el Registro Mercantil como representante de la empresa Inversiones E y L, S.R.L., compañía que administraba el establecimiento nocturno. La familia Blanc Paola pidió al tribunal que, además de la acusación penal, se ordene una indemnización total de 50 millones de pesos: 20 millones para la viuda y 10 millones para cada uno de los tres hijos del fallecido.
La audiencia preliminar está fijada para el 12 de enero de 2026. En esa etapa se conocerá esta nueva acusación particular, la cual procura que López sea incorporada al proceso como imputada. Los querellantes solicitan al juez admitir la querella y dictar apertura a juicio contra los cuatro señalados.
La acusación particular también se adhiere a la presentada por el Ministerio Público, que incluye a la empresa Inversiones E y L, S.R.L.
Acusación del Ministerio Público
El Ministerio Público acusa a los hermanos Espaillat de homicidio involuntario y de provocar golpes y heridas involuntarias, delitos contemplados en los artículos 319 y 320 del Código Penal. La investigación sostiene que los imputados incrementaron su responsabilidad al sobrecargar la estructura del techo con equipos de climatización de gran tamaño y tinacos de agua, sin estudios técnicos previos que garantizaran la seguridad de la infraestructura.
Asimismo, habrían ignorado advertencias internas sobre el deterioro del techo, priorizando la reducción de costos pese a los riesgos evidentes.
