Díaz señala que aquellos miembros del hogar que experimentan altos niveles de ansiedad durante períodos de adaptación a cambios de vida, requieren mayor apoyo y comprensión, ya que cualquier situación puede desencadenar una respuesta ansiosa que afecte tanto a la persona como a su entorno de diversas maneras.
La experta explica que cuando un padre de familia comienza un nuevo trabajo o proyecto, esto implica una inversión considerable de energía mental y física, lo que puede elevar los niveles de cortisol debido al estrés continuo, predisponiendo al individuo a desarrollar ansiedad.
En el caso de los niños, Díaz señala que el inicio de un nuevo año escolar o un cambio de escuela, especialmente cuando la familia se muda a otra ciudad o país, puede generar momentos ansiosos, con repercusiones que varían en intensidad de un niño a otro, e incluso pueden afectar su comportamiento.
La psicóloga advierte que durante este proceso en la infancia y adolescencia, es crucial brindar apoyo emocional tanto por parte de los padres como de profesionales, para prevenir daños psicológicos significativos y facilitar una adaptación exitosa a los cambios.
Subraya la importancia de educar a los niños sobre el manejo de sus emociones en diversas situaciones, fomentando una actitud optimista y resiliente, al mismo tiempo que se les enseña a buscar ayuda cuando sientan que no pueden manejar solos sus emociones.
Díaz también destaca que la diversidad en las familias, ya sea en términos individuales, culturales, religiosos, políticos o de principios, puede generar situaciones que desencadenen ansiedad, a menudo resultando en distanciamiento o separaciones intrafamiliares como medida para preservar la salud mental.
«Desde el nacimiento, enfrentamos numerosos desafíos que requieren aprender a lidiar con ellos, permitiendo que los procesos de la vida fluyan para preservar nuestra salud mental en todo momento; al hacerlo, elegimos vivir más y mejor», concluye la psicóloga Díaz en un artículo enviado a Listín Diario.