Particulares persisten en atacar Las Dunas de Baní, vulnerando la Ley 64-00 de Medio Ambiente y la Ley Sectorial de Áreas Protegidas 202-04, que las designa como reserva científica. En una nueva afrenta, se constata no solo la invasión de parcelas en sus suelos, sino también la construcción de viviendas de madera y zinc con piso de cemento en el corazón de este invaluable recurso ecológico.
La situación se agrava al identificar bloques de cemento y materiales que indican la intención de erigir estructuras ajenas al entorno, junto con la colocación lineal de estacas de madera marcadas con pintura roja. Alarmados, representantes de organizaciones campesinas y comunitarias de Las Calderas advierten sobre planes perjudiciales de instalar más alambradas, cercando nuevos solares en la reserva ecológica de Las Dunas.
En La Laguneta, donde empalizadas de más de 4 mil metros se extienden, los residentes, agrupados en entidades como Defensores de Las Dunas de Las Calderas y la Asociación de Apicultores del Pueblo de Las Calderas (Apideca), denuncian un crimen ecológico continuo, con la tala y quema de bosques que amenazan la biodiversidad local.
«Ahora hasta casas han empezado a construir en esta reserva científica», expresan con indignación. Reporteros de Listín Diario verificaron la instalación de una estructura de zinc y madera con piso de cemento en el centro de esta área protegida, además de la evidente tala y quema de una extensa área boscosa, incluyendo árboles adultos de aceitun, saona, guano barrigón y otras especies endémicas.
Las Dunas, ya afectadas por la extracción ilegal de arena, enfrentan una agresión adicional de particulares que diezman su bosque endémico, hogar de una variada fauna autóctona. La comunidad local y defensores del medio ambiente instan a medidas urgentes para preservar este emblemático parque de área protegida antes de que la degradación ambiental sea irreversible.