San José (Costa Rica).- La Antártida, una región vital para la vida en el planeta, está padeciendo los efectos de la crisis climática y necesita un esfuerzo global para su protección. Así lo afirmaron el fotógrafo, realizador y escritor John Weller, y Nicholas Kirkham, asociado senior de la organización no gubernamental The Pew Charitable Trusts, durante el evento de acción oceánica «Inmersos en el cambio» en Costa Rica.
«Todos deben entender que la Antártida es verdaderamente el centro de nuestro sistema climático y oceánico», expresó Weller, quien ha dedicado su carrera a mostrar lo que ocurre en la Antártida y a promover esfuerzos para su protección.
Después de 10 años sin visitar la región, Weller regresó en enero pasado y observó cambios «abrumadores» y «profundamente atemorizantes», como los glaciares teñidos de rosado por algas debido al aumento de temperaturas, explosivas caídas de hielo y la desaparición de pingüinos. El océano Antártico, un ecosistema único y extremadamente sensible, está siendo afectado por el calentamiento global, lo que hace que la capa de hielo sea cada vez más inestable, con potenciales consecuencias catastróficas para las zonas costeras del planeta debido al aumento del nivel del mar.
Weller explicó que, a este ritmo y sin medidas urgentes, el nivel del mar podría aumentar 10 metros en 300 años, causando graves consecuencias globales. Las aguas de la Antártida son cruciales para la salud de los océanos, debido a su fauna marina, como el krill antártico, que juega un papel fundamental en la absorción de carbono, y la corriente circumpolar, que ayuda a mantener la biodiversidad marina a través del transporte de nutrientes.
Cooperación internacional
La Comisión para la Conservación de los Recursos Marinos Vivos del Antártico (CCAMLR), creada en 1982 y compuesta por 25 países, incluyendo Rusia, China, Ucrania y Estados Unidos, junto con la Unión Europea, está analizando propuestas para nuevas áreas marinas protegidas. La idea es crear un escudo de protección en torno a la Península Antártica, un ambicioso proyecto que comenzó a tomar forma en 2016 con la creación de una enorme reserva marina en el mar de Ross, de 1,55 millones de kilómetros cuadrados.
«La parte oeste de la Península Antártica sufre una pérdida de hielo con implicaciones para el nivel del mar y los hábitats de especies clave como el krill, que es fundamental para casi toda la vida en el continente. Hemos visto cambios más rápidos allí que en otras zonas de la Antártida y casi en cualquier parte del mundo», señaló Kirkham.
John Weller reiteró que la ciencia debe desempeñar un papel esencial para generar conciencia global y que los gobiernos deben impulsar verdaderamente las iniciativas de protección, especialmente en el contexto actual de tensiones geopolíticas. «Los científicos tienen un conocimiento increíble sobre lo que pasa, qué debemos hacer y por qué. Depende de nosotros, los medios y las ONG, tomar esa información y presionar a los gobiernos para que hagan lo correcto», manifestó.
EFE cuenta con el apoyo de The Pew Charitable Trusts en la elaboración de este contenido.