Este dato ha sorprendido a la comunidad científica, ya que antes se estimaba que el vulcanismo lunar había cesado hace cerca de mil millones de años.
Los resultados, obtenidos a partir de análisis de muestras traídas por misiones lunares, indican que ciertos flujos de lava continuaron activos durante un periodo más prolongado, lo que sugiere que el interior lunar pudo haber sido más cálido de lo que se pensaba. Este descubrimiento plantea nuevas incógnitas sobre la historia geológica de la Luna y su evolución interna.
Asimismo, el estudio revela que estas erupciones volcánicas tardías ocurrieron en áreas específicas de la Luna, proporcionando indicios sobre las variaciones en la composición y estructura del manto lunar. Estos hallazgos podrían ayudar a los científicos a comprender mejor no solo el pasado volcánico de la Luna, sino también la dinámica de otros cuerpos celestes con características similares.