Santo Domingo. – Tras más de cinco décadas de reclamos para la construcción de la presa de Monte Grande, considerada como el “metro del Suroeste” y símbolo de progreso para la región, hoy el proyecto se enfrenta a cuestionamientos que la convierten en una posible amenaza para las comunidades aguas abajo.
El ingeniero Leonardo “Leo” Mercedes advirtió durante una entrevista en el programa A Media Mañana que el embalse presenta vicios de construcción y deficiencias técnicas que ponen en riesgo su estabilidad y la seguridad de miles de familias.
Mercedes valoró que el Gobierno, a través del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi), acogiera la recomendación de abrir una investigación con el apoyo de un panel internacional de especialistas y realizar visitas de inspección a los puntos críticos de la obra.
El presidente Luis Abinader habría recibido varios reportes sobre irregularidades en la construcción, confirmando que la presa lleva más de 20 meses acumulando agua sin contar con obras complementarias esenciales, como canales de riego, acueductos e hidroeléctrica. Esta situación aumenta la presión hidráulica en la estructura, según denunció el Instituto Sismológico Nacional de la UASD, que recuerda que las provincias de la región Enriquillo son las de mayor vulnerabilidad sísmica en el país.
Las inspecciones técnicas estuvieron encabezadas por el director del Indrhi, Olmedo Caba Romano; el geólogo Osiris de León, y Leonardo Reyes Madera, de la Onesvie, tras denuncias de la Coalición Enriquillo (CE).
Mercedes insistió en que la obra no puede ser recibida como concluida debido a las fallas detectadas. Entre ellas citó el mal funcionamiento de una de las compuertas principales, la cual debió ser forzada con grúas al no responder a su mecanismo.
“El presidente y su gobierno han reconocido la gravedad de estos vicios al conformar un panel externo. Pero antes de entrar en operación, deben corregirse todas estas deficiencias”, afirmó el ingeniero.
Asimismo, criticó la falta de presión desde el Congreso Nacional, cuyos legisladores —dijo— deberían interpelar al director del Indrhi para exigir explicaciones claras y exigir que los correctivos los asuma la empresa constructora, no el Estado dominicano.
“Lo que buscamos no es alarmar, sino advertir y garantizar que la presa cumpla con el propósito para el que fue concebida, sin poner en riesgo la vida de los habitantes de la región”, concluyó Mercedes.