La mayoría de la marihuana traficada hacia Haití, principalmente desde Jamaica, tendría como destino a la República Dominicana, “supuestamente para alimentar la demanda turística”.
Malpaso (Malpasse) -un paraje del municipio de Jimaní, provincia Independencia- sería uno de los cruces fronterizos clave para el tránsito de drogas desde el vecino país por vía terrestre.
“La mayoría de la hierba de cannabis y otras drogas de tipo cannabis que salían de Haití tenían como destino República Dominicana, supuestamente, para alimentar la demanda turística”, indica el informe “Los mercados criminales en Haití: mapeo de tendencias en armas de fuego y tráfico de drogas”, publicado recientemente por la Oficina de Drogas y Crimen de las Naciones Unidas (UNODC, por sus siglas en inglés).
El análisis de la UNODC se hace a partir del estudio de cifras obtenidas sobre tráfico de drogas en Haití en el periodo 2020-2022.
Territorio de tránsito
De acuerdo a la UNODC, Haití es primordialmente un territorio puente para el tráfico de drogas ilícitas, algo que ocurre desde la década de los 80, cuando el cartel de Medellín (Colombia) usó su territorio para el tránsito de cocaína hacia Estados Unidos.
Se establece que, aunque “diferentes drogas toman diferentes rutas tanto para llegar como para salir de Haití”, es principalmente “un país de tránsito para el movimiento de cocaína y cannabis… Si bien hay incautaciones periódicas de crack, heroína, fentanilo, anfetaminas y productos locales, estos son considerados como una prioridad comparativamente baja por las fuerzas del orden internacionales y nacionales”.
En la actualidad, “la mayor parte de la cocaína que pasa por Haití parece provenir de Colombia y el cannabis de Jamaica. Las drogas pueden transitar por una variedad de países antes y después de llegar a Haití, incluidos Venezuela, Bahamas, Costa Rica, la República Dominicana y las Islas Turcas y Caicos”.
“Debido a la falta de pruebas de laboratorio, existe una comprensión limitada de si la cocaína incautada en Haití proviene de la producción en otros países como Bolivia o Perú. El cannabis se obtiene de Jamaica, aunque Haití tiene una producción nacional limitada de hierba de peor calidad”.
Ruta al turismo
La UNODC señala que los puntos de entrada más comunes para las drogas ilegales incluyen Hinche y Jacmel, Puerto Príncipe y Cabo Haitiano, al norte, mientras que los cruces fronterizos clave para el tránsito de drogas fuera de Haitín incluyen Malpasse (Malpaso), así como rutas secundarias menos monitoreadas a través del terreno montañoso del sur de Haití hacia la RD.
“El producto ingresa a Haití directamente en contenedores o a través de paquetes con GPS recuperados en alta mar por barcos rápidos y luego descargados en puertos privados o áreas costeras para ser enviados por tierra a la frontera”.
Se explica que la incautación de drogas es más común en las costas norte y sur de Haití, en particular Les Cayes (Los Cayos), Jacmel y Jeremie.
Se destaca que las redes viales primarias y secundarias de Haití también son vectores críticos para el movimiento de mercancías legales e ilícitas desde las costas hacia la RD y viceversa.
“Los principales corredores viales consisten en la RN1 que corre de norte a sur desde Cabo Haitiano hasta Puerto Príncipe; la RN2 que une Puerto Príncipe con Los Cayos en el sur del país; y la RN3 que se extiende de oeste a este desde Puerto Príncipe a través de Mirebalais e Hinche hasta la frontera con RD”.
Mercados locales
La UNODC apunta que los puntos de entrada más comunes para las drogas ilegales incluyen Hinche y Jacmel, Puerto Príncipe y Cabo Haitiano, al norte, mientras que los cruces fronterizos clave para el tránsito de drogas fuera de Haití incluyen Malpasse (Malpaso), así como rutas secundarias menos monitoreadas a través del terreno montañoso del sur de Haití hacia la República Dominicana.
“El producto ingresa a Haití directamente en contenedores o a través de paquetes con GPS recuperados en alta mar por barcos rápidos y luego descargados en puertos privados o áreas costeras para ser enviados por tierra a la frontera de República Dominicana”.
Se explica que la incautación de drogas es más común en las costas norte y sur de Haití, en particular Les Cayes (Los Cayos), Jacmel y Jeremie.
Se destaca que las redes viales primarias y secundarias de Haití también son vectores críticos para el movimiento de mercancías legales e ilícitas desde las costas hacia la República Dominicana y desde la República Dominicana hacia Haití.
“Los principales corredores viales consisten en la RN1 que corre de norte a sur desde Cabo Haitiano hasta Puerto Príncipe; la RN2 que une Puerto Príncipe con Los Cayos en el sur del país; y la RN3 que se extiende de oeste a este desde Puerto Príncipe a través de Mirebalais e Hinche hasta la frontera con República Dominicana”.
Sin embargo, se llama la atención que a pesar de que “se informa que la mayoría de la cocaína, el cannabis y la heroína que transitan por Haití provienen de consumidores estadounidenses y de Europa occidental, incluida la República Dominicana para abastecer a turistas extranjeros, hay informes anecdóticos de que los narcóticos también se integran en los mercados delictivos nacionales”.
“La cocaína en sí misma puede usarse como un medio de intercambio entre grupos criminales, incluso para adquirir armas de fuego y municiones. Además de ser consumida por las élites locales, las drogas también se comparten entre las bases de las pandillas. y atender una demanda modesta en las ciudades haitianas más grandes”, sostiene el organismo.
Pistas áreas clandestinas Los datos presentados en el informen dan cuenta de que la década de 1990 una parte de la cocaína enviada a través de Haití y hacia los mercados extranjeros se transfiere por vía aérea, incluso por medio de pistas ilegales. Un sistema que se asegura sigue vigente. Ante el crecimiento poblacional en las urbes, durante la década de 2000 “los narcotraficantes trasladaron pistas de aterrizaje ilegales hacia el norte a áreas más aisladas, incluida Savane Diane en el departamento de Artibonito (Arbonite), aproximadamente a 50 millas al norte de Puerto Príncipe”. Durante la primera década del siglo XXI, apunta el informe de la UNODC, el trasiego de drogas vía área se expandió, no obstante, indica que esto se ralentizó ante la presencia de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH), que operó en Haití del 2004 hasta el 2017, que interrumpió “la construcción de tales pistas ilegales, aunque, según se informa, estas capacidades disminuyeron debido a la falta de inteligencia y recursos”. En la zona de Savane Diane, que desde 2021 fue designada “zona libre de exportación agroindustrial” se encuentra a pocas millas de pistas de aterrizaje conocidas por entregas de cocaína y heroína. “Según funcionarios de la Policía Nacional Haitiana, muchos lugareños están al tanto del narcotráfico y el área está llena de restos de aviones abandonados o destruidos, algunos supuestamente descartados después de transferir su carga”. Se explica que en esta zona se experimentó un repunte en el tráfico aéreo en mayo y junio de 2021 y que, según La Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), “algunos aviones también se detuvieron y repostaron en Puerto Príncipe, incluso cuando el aeropuerto internacional estaba cerrado”. “Cuando el presidente (Jovenel) Moïse ordenó la destrucción de pistas de aterrizaje supuestamente clandestinas en junio de 2021, contemplando la zona de Savane Diane, las autoridades locales se negaron. Una semana después, el presidente Moïse fue asesinado”, destaca el informe.