Santo Domingo.- En un acto de valentía y dolor, una de las víctimas de abuso sexual perpetrado por el pastor evangélico Johan Manuel Castillo Ortega decidió romper el silencio y compartir su experiencia con sus padres. Con la voz entrecortada, la menor se dirigió a sus progenitores con las palabras: «Papi, perdóname, pero hay una sola cosa que nunca te he dicho».

La madre de la menor reveló que el acusado se había puesto en contacto con ella para pedir perdón, luego de que en la iglesia se reunieran para abordar el incidente. Este intento de disculpa ocurrió poco antes de que la madre decidiera denunciar los abusos. Según informaciones, el pastor intentó minimizar la gravedad de sus actos y buscar una forma de evitar las consecuencias legales y sociales de sus acciones.

Organizaciones de derechos humanos y grupos de apoyo a víctimas de abuso sexual han intervenido para proporcionar asistencia integral a las afectadas, incluyendo apoyo psicológico, asesoramiento legal y acompañamiento en el proceso judicial.

Estas historias han revelado un patrón de comportamiento depredador por parte del pastor, quien supuestamente utilizaba tácticas de intimidación y promesas de salvación espiritual para justificar sus acciones.

La Oficina de Atención Permanente de Santo Domingo Oeste ha pospuesto para el próximo viernes 21 de junio el conocimiento de la solicitud de medida de coerción contra el acusado. Iris Castillo, representante legal de la víctima, explicó que la magistrada Cecilia Toribio tomó esta decisión para permitir que los representantes de la defensa conozcan el expediente y presenten sus argumentos.

Según informes, el trauma sufrido por las menores a manos del pastor Ortega es profundo, muchas de las cuales han experimentado depresión como resultado de los abusos sufridos.