La Romana, RD – Un hombre identificado como Luis Corporán de Aza , conocido en su comunidad como «El Gordo» (34 años), fue arrestado este lunes por las autoridades tras admitir su implicación en el envenenamiento sistemático de perros y gatos en el sector Barrio Blanco, generando indignación entre los residentes del lugar.
La detención fue ejecutada por agentes de la Subdirección Regional Este de Investigación Criminal (DICRIM) , en conjunto con representantes del Ministerio Público y la Unidad de Protección Animal , como respuesta a múltiples denuncias ciudadanas que alertaban sobre la aparición de mascotas muertas en la zona en circunstancias sospechosas.
La investigación, ordenada directamente por el general Wandy Madé Montilla , se activó con rapidez y dio sus frutos cuando las autoridades lograron obtener videos de cámaras de seguridad que muestran a Corporán de Aza esparciendo alimentos presuntamente contaminados. Estos materiales audiovisuales fueron piezas clave para obtener una orden de allanamiento que permitió intervenir su residencia.
Durante el operativo, se decomisó un recipiente que contenía una sustancia tóxica , que se presume fue utilizado para cometer los envenenamientos. Según el informe preliminar, el acusado confesó su participación en los hechos durante el interrogatorio.
Las autoridades recordaron que este tipo de actos constituye un delito penal según la Ley 248-12 sobre Protección Animal y Tenencia Responsable, por lo que el Corporán de Aza estará puesto a disposición del sistema judicial para que se le impongan las sanciones correspondientes.
Asimismo, se exhortó a la ciudadanía a continuar denunciando este tipo de abusos, ya que el maltrato animal no solo atenta contra la vida de seres indefensos, sino que también puede generar riesgos sanitarios en las comunidades, al exponer a niños y adultos a sustancias tóxicas peligrosas.
Este lamentable caso ha reavivado el debate sobre la necesidad de fortalecer la aplicación de las leyes de protección animal en la República Dominicana, y subraya la importancia de la vigilancia comunitaria frente a actos de crueldad que, en muchos casos, quedan impunes.
