Los contundentes aranceles anunciados por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a productos importados han generado un efecto dominó en el escenario internacional, provocando reacciones de gobiernos, preocupación entre los inversores y una marcada caída en los mercados bursátiles. Las medidas ya han desencadenado advertencias de represalias y llamados urgentes al diálogo por parte de las principales potencias económicas.
Desde Pekín, las autoridades acusaron a Washington de ejercer “intimidación comercial”, mientras que la Unión Europea prometió una respuesta “firme”. En Francia, incluso se planteó la posibilidad de aplicar nuevos impuestos dirigidos a gigantes tecnológicos estadounidenses.
Por otro lado, países como el Reino Unido y Japón optaron por un enfoque más conciliador, manifestando su interés en lograr acuerdos con Washington, sin recurrir por el momento a represalias directas.
Trump impuso un arancel del 34% a productos chinos, además de sumar cargas adicionales del 20% sobre importaciones desde la Unión Europea, 24% para Japón y 25% para Corea del Sur. Según el mandatario, estos impuestos —que oscilan entre el 10% y el 49%— buscan corregir lo que considera un trato injusto hacia Estados Unidos y fomentar la reindustrialización del país.
Desde la Casa Blanca, Trump expresó optimismo antes de partir hacia Florida: “Todo va muy bien. Los mercados y el país van a estar en auge”, declaró.
China toma represalias
China, uno de los principales exportadores hacia EE. UU., respondió con medidas de represalia, advirtiendo que la escalada podría impactar directamente en los bolsillos de los consumidores estadounidenses. El portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Guo Jiakun, recalcó que “las guerras comerciales no tienen ganadores” y criticó la postura unilateral de Estados Unidos.
Mientras tanto, el presidente francés Emmanuel Macron convocó a representantes de industrias claves afectadas por los aranceles —como el vino, los cosméticos y la aviación— y pidió suspender inversiones europeas en EE. UU. hasta que se reviertan las medidas.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, calificó las decisiones de Trump como un “duro golpe a la economía global”, aunque evitó anunciar medidas específicas. La UE, según dijo, está “siempre dispuesta a dialogar”.
Economistas: una guerra comercial es una apuesta peligrosa
Expertos advierten que un conflicto arancelario de gran escala podría desacelerar el crecimiento económico y acelerar la inflación. Matteo Villa, analista del Instituto de Estudios Políticos Internacionales de Italia, indicó que, paradójicamente, a la UE podría convenirle no responder de forma inmediata: “Trump sólo entiende el lenguaje de la fuerza, pero una reacción medida puede llevarlo a negociar”.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, también abogó por abrir un canal de diálogo: “Nuestro objetivo debería ser eliminar los aranceles, no multiplicarlos”, señaló.
Tecnológicas en la mira europea
Europa podría contraatacar en el sector de servicios, en particular a través de impuestos a grandes tecnológicas estadounidenses como Google, Apple, Amazon, Meta y Microsoft. Funcionarios franceses ya propusieron esta línea de acción.
El canciller alemán saliente, Olaf Scholz, pidió mostrar fortaleza pero evitar una guerra comercial abierta: “Un acuerdo sería lo mejor para ambas economías y para el mundo”.
Desde el Reino Unido, el primer ministro Kier Starmer abogó por la calma y dijo confiar en lograr un pacto con Washington para eliminar los aranceles. “Nadie gana en una guerra comercial”, afirmó.
Japón, por su parte, adoptó una postura moderada. El secretario del gabinete, Yoshimasa Hayashi, aseguró que su país evaluará cuidadosamente el impacto antes de actuar.
Impacto inmediato en los mercados
La reacción de los mercados no se hizo esperar. El índice S&P 500 cayó un 3,7% en Wall Street, mientras que el STOXX Europe 600 perdió un 2,7% y el mercado de Tokio registró una baja del 2,8%. Los precios del petróleo también retrocedieron más de dos dólares por barril.
Stephen Innes, analista de SPI Asset Management, describió las medidas como una “disrupción total del orden comercial global”. Jim Reid, del Deutsche Bank, señaló que el nivel de aranceles impuesto por EE. UU. no se veía desde principios del siglo XX.
La directora general de la OMC, Ngozi Iweala-Okonjo, advirtió que estas políticas podrían reducir en un 1% el volumen del comercio global durante el año, alertando sobre el riesgo de un espiral de represalias que profundice el deterioro económico.
Consumidores, los más afectados
Los expertos recuerdan que los aranceles no los pagan los países exportadores, sino las empresas estadounidenses que importan productos, y que luego deben decidir si asumir los costos o trasladarlos al consumidor. Todo apunta a que esta última opción será la más común, lo que se traducirá en un alza generalizada de precios.