París.– Casi un siglo después de su prohibición, bañarse en el río Sena volvió a ser una realidad este sábado para los parisinos y visitantes, marcando un hito histórico en el corazón de la capital francesa. Desde las primeras horas de la mañana, decenas de personas, muchas con flotadores amarillos amarrados a la cintura, aguardaban emocionadas la oportunidad de sumergirse en las aguas del emblemático río.
Tres zonas específicas han sido acondicionadas para esta actividad, equipadas con pontones, escaleras, duchas y vestuarios. Entre los puntos habilitados figuran lugares tan icónicos como las inmediaciones de la Torre Eiffel y la isla de San Luis, próxima a la catedral de Notre-Dame.
“¡Estoy feliz! Llevaba años soñando con nadar en el Sena”, contó emocionada Ingrid, una parisina de 95 años que, junto a su nieta, fue de las primeras en estrenar las aguas en la zona de Bercy.
La iniciativa, concebida como parte del legado de los Juegos Olímpicos de París, busca también ofrecer una alternativa ante el cambio climático, en momentos donde las olas de calor azotan con mayor frecuencia y severidad. Esta semana, la capital francesa registró temperaturas cercanas a los 40 ºC.
“París se adelanta a los desafíos del futuro. En un contexto de calor extremo, crear espacios naturales para el baño no es solo una alternativa recreativa, sino una necesidad”, afirmó la alcaldesa Anne Hidalgo, presente en la inauguración. “Era un sueño de infancia ver a la gente nadar en el Sena”, agregó.
Las áreas de baño estarán abiertas de forma gratuita hasta el 31 de agosto, bajo condiciones climáticas favorables y con un límite de acceso que variará entre 150 y 700 personas, según el lugar.
Toby, un turista californiano, se mostró entusiasta con la experiencia: “Es increíble. Somos los primeros en 100 años que podemos hacer esto”, dijo.
Inversión millonaria y estrictas normas
La reapertura del Sena al baño ha requerido una inversión de más de 1.400 millones de euros en infraestructura sanitaria, con sistemas de captación para evitar que las aguas residuales terminen en el río. Sin embargo, las fuertes lluvias aún representan un reto, ya que pueden forzar el vertido directo al Sena de aguas pluviales y residuales combinadas, afectando temporalmente la calidad del agua.
Para monitorear las condiciones, se utilizará un sistema de banderas —verde, amarilla y roja—, basado en análisis diarios mediante sondas y pruebas de laboratorio. Si la bandera es roja, el baño será suspendido por razones de seguridad.
Además, los bañistas deberán demostrar que saben nadar sin asistencia antes de ingresar al agua, y todas las zonas contarán con vigilancia permanente. “El Sena tiene riesgos: corrientes fuertes, vegetación sumergida, lodo, posibles hidrocuciones y tránsito fluvial”, advirtió la subprefecta Elise Lavielle, quien informó que el año pasado se registraron 13 muertes en el río, y en lo que va de este año ya suman tres.
Para evitar incidentes, las autoridades aplicarán sanciones a quienes se lancen al agua en zonas no habilitadas, bajo una nueva normativa vigente desde junio. También se intensificarán los controles a las embarcaciones que navegan por este concurrido canal, considerado el mayor puerto fluvial europeo para el transporte de pasajeros.
Mientras tanto, la ciudad proyecta extender el acceso al baño a nuevas áreas del Sena y sus afluentes, con la esperanza de abrir más zonas recreativas a partir del próximo año. Actualmente, ya hay cuatro sitios disponibles en el río Marne, el principal afluente del Sena.