La tensión en Medio Oriente ha escalado dramáticamente este fin de semana, tras una oleada de misiles y drones lanzada por Irán contra Israel que dejó al menos 13 muertos y más de 380 heridos en el centro y norte del país. La respuesta israelí no se hizo esperar, con una ofensiva aérea que ha tenido un impacto significativo en la cúpula de inteligencia iraní.
En una declaración a una cadena norteamericana, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, confirmó la muerte del general de brigada Mohammad Kazemi, jefe de Inteligencia del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, y de su adjunto, el general Hassan Mohaqiq. Según informes de la televisión iraní con sede en Londres, Iran International, ambos habrían quedado sepultados tras un ataque israelí a la sede de la Inteligencia de la Guardia Revolucionaria en Teherán.
Los ataques aéreos israelíes han apuntado a «objetivos estratégicos en Irán», incluyendo la sede del Ministerio de Defensa en Teherán y otras instalaciones vinculadas al programa nuclear iraní. Netanyahu afirmó que Israel destruyó la «instalación principal» del complejo nuclear de Natanz y que la operación militar continuará «todo el tiempo que sea necesario» para eliminar la amenaza nuclear iraní.
La ofensiva de Israel ha abarcado un amplio rango geográfico, alcanzando incluso un avión iraní de reabastecimiento aéreo en el aeropuerto de Mashhad, a unos 2.300 kilómetros de Israel. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) describieron esta operación como la de mayor alcance desde el inicio de su ofensiva. Además, se reportaron ataques a instalaciones de defensa en Isfahán, una fábrica de componentes electrónicos en Shiraz, y múltiples explosiones en Teherán dirigidas contra el Cuartel General de la Policía capitalina y zonas residenciales. La agencia Tasnim, cercana a la Guardia Revolucionaria, informó también la muerte de al menos cuatro de sus miembros en la provincia de Jorasán del Sur. Medios iraníes han reportado, de manera no oficial, al menos 180 muertos en el país.
En Israel, un nuevo ataque con misiles desde Irán fue interceptado sin víctimas. Las autoridades activaron alertas antiaéreas en varias regiones y ordenaron a la población dirigirse a los refugios, aunque la alerta fue desactivada posteriormente. El gobierno israelí ha prolongado el estado de emergencia excepcional hasta el 30 de junio de 2025. Asimismo, la policía israelí reforzó la seguridad en la Ciudad Vieja de Jerusalén para evitar posibles atentados terroristas, y se reportaron arrestos durante una protesta anti-guerra en Tel Aviv por violar las normas del Comando del Frente Interno de las FDI, que prohíben reuniones públicas ante el riesgo de ataques.
A nivel internacional, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió directamente al régimen iraní y sugirió una posible intervención de EE.UU. en el conflicto, aunque también se mostró abierto a que Vladimir Putin, presidente ruso, actúe como mediador. Por su parte, el papa León XIV volvió a pedir por la paz en Medio Oriente y «en todo el mundo», subrayando la importancia del diálogo para resolver los conflictos armados. La situación sigue siendo crítica, con el presidente de Israel lamentando «una mañana muy triste y difícil».
