En un acto de represalia directa, Irán lanzó un ataque con misiles el lunes contra la base aérea estadounidense de Al-Udeid, ubicada en Qatar. Las autoridades qataríes, sin embargo, informaron que sus defensas aéreas lograron interceptar con éxito los proyectiles, asegurando que no se registraron víctimas estadounidenses como resultado del incidente.
Este asalto se produce días después de que Estados Unidos llevara a cabo bombardeos sobre instalaciones nucleares iraníes, lo que había provocado una promesa de respuesta contundente por parte de Teherán. El presidente iraní, Mahmoud Pezeshkian, había advertido que los ataques del sábado no quedarían «sin respuesta», mientras que el nuevo jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas iraníes, Abdolrahim Mousavi, había prometido que se liberarían las manos de los combatientes para actuar contra los intereses estadounidenses.
Si bien el Ministerio de Relaciones Exteriores de Qatar condenó el ataque, calificándolo de «agresión descarada» y una flagrante violación de su soberanía, fuentes iraníes indicaron que se había notificado previamente a los funcionarios qataríes sobre la inminencia del ataque. Esta estrategia, que recuerda a la respuesta iraní tras el asesinato del general Qassem Soleimani, parece buscar un impacto simbólico sin escalar el conflicto de forma incontrolable. Reportes iniciales indicaron que se escucharon explosiones en Doha, la capital qatarí.
La base de Al-Udeid, situada al suroeste de Doha, es una instalación militar crucial. Alberga aproximadamente 10.000 efectivos estadounidenses y es la mayor instalación militar de EE. UU. en Oriente Medio. Funciona como un centro neurálgico para las operaciones logísticas y de combate de EE. UU. contra ISIS en Irak y Siria, además de albergar el Cuartel General Avanzado del Comando Central (CENTCOM) y una variedad de activos militares, incluyendo bombarderos B-52 y aviones de reconocimiento RC-135.
El ataque no fue del todo inesperado, ya que el presidente Donald Trump había emitido una severa advertencia a Teherán, prometiendo una «fuerza mucho mayor» ante cualquier represalia. Además, imágenes satelitales recientes habían mostrado que Estados Unidos había reubicado la mayoría de sus aviones no cubiertos de Al-Udeid la semana pasada, una medida preventiva ante posibles acciones iraníes. Qatar, por su parte, ha buscado mantener un delicado equilibrio en sus relaciones, tanto con Estados Unidos como con Irán, y había suspendido todos los vuelos y prometido tomar medidas preventivas antes del asalto.
