Madrid.- El Gobierno español ultima una normativa sobre comedores escolares para atajar la obesidad infantil, un problema especialmente acuciante en menores de familias con rentas más bajas, que prohibirá el consumo de bebidas azucaradas en las comidas en los centros educativos, donde sólo se servirá agua.
La normativa garantizará el consumo diario de frutas y verduras frescas para los niños y niñas, según ha señalado el ministro de Consumo, Pablo Bustinduy, durante la presentación de un informe sobre obesidad infantil.
Una de las principales conclusiones del estudio es que el exceso de peso en los escolares de 6 a 9 años ha disminuido en un 4,5 % en los últimos cuatro años, aunque afecta a más de un tercio de los alumnos.
Baja la obesidad infantil, menos en las rentas bajas
Pero esta mejoría no se ha percibido en las familias con rentas más bajas, con indicadores relativamente constantes desde 2011.
La prevalencia del exceso de peso en menores de familias con ingresos inferiores a los 18.000 euros/año llega al 48 %, es decir prácticamente uno de cada dos, frente al 29 % que se registra en las que ingresan más de 30.000, 19 puntos de diferencia.
«Esto es inadmisible y es una realidad que exige acción por parte de los poderes públicos -ha comentado el ministro-. Todos los menores, independientemente de los recursos de los que disponga su familia, del barrio o del código postal en el que nazcan o en el que vivan, tienen el mismo derecho a una alimentación saludable y de calidad».
Los menores que pertenecen a familias de rentas más bajas tienen más problemas de exceso de peso porque consumen más bebidas azucaradas y menos frutas y verduras a diario.
Y por eso, la futura norma pretende garantizar que todos los comedores escolares, independientemente de su titularidad, ofrezcan carne y pescado de calidad y aumenten la cantidad de legumbres y cereales en sus menús.
Suspenso de las familias a la comida escolar
La mayoría de las familias consultadas (el 70,4 %) cree que el comedor facilita que su hijo o hija tenga una alimentación saludable, pero sólo un tercio de las familias aprueba la comida que se sirve en los centros escolares, cuando es fundamental: el 49,5 % de los alumnos hacen su comida principal de forma habitual en el comedor, y el 54 % desayuna a diario en el centro.
Los ingresos en las familias no solo condicionan la alimentación, los menores con menor renta hacen menos deporte en actividades extraescolares y se exponen más a las pantallas y los anuncios sobre alimentación no saludable.