Washington se prepara para un posible cierre del Gobierno federal en menos de 24 horas, mientras republicanos y demócratas permanecen en un duro estancamiento en torno a la financiación pública.
El Senado votará nuevamente este martes un plan republicano para extender la financiación por siete semanas, medida que los demócratas ya han rechazado al exigir concesiones en materia de subsidios de salud vinculados al Obamacare y la reversión de recortes a Medicaid.
La última reunión de emergencia en la Casa Blanca entre Donald Trump y los líderes del Congreso no logró avances, dejando la situación al borde de un colapso administrativo. El líder de la mayoría en el Senado, John Thune, busca aumentar la presión sobre Chuck Schumer, mientras los republicanos acusan a los demócratas de mantener “como rehén” el presupuesto federal para impulsar sus demandas sanitarias.
Por su parte, Schumer responsabilizó al presidente Trump y a los republicanos de impedir un acuerdo que evite el cierre. “Ahora está en manos del presidente”, advirtió el lunes por la noche.
El clima político se endurece con declaraciones de senadores que prevén despidos masivos y caos en los servicios básicos si no se alcanza un pacto. Aunque algunos republicanos anticipan que, de producirse, el cierre sería breve, la incertidumbre se cierne sobre millones de ciudadanos y empleados federales.
El reloj avanza y, con la medianoche como límite, todo apunta a que Estados Unidos podría enfrentar el primer cierre gubernamental de la segunda administración Trump.