Un total de 77 países boicotearon el discurso del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, durante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en protesta por la ofensiva militar en Gaza y la crisis humanitaria que ha generado.
Entre los ausentes estuvieron los vecinos árabes de Israel, Egipto, Jordania, Líbano y Siria, además de Arabia Saudita, así como naciones de distintas regiones como España, Brasil, Chile, Sudáfrica, Irán, Turquía e Indonesia.
La República Dominicana, sin embargo, no se unió al boicot. Aunque reconoce al Estado palestino en su política exterior, su delegación permaneció en el plenario durante la intervención de Netanyahu, alineándose con los países que optaron por escuchar. La postura contrasta con la de varios gobiernos latinoamericanos, Brasil, Chile, Venezuela, Colombia, Perú, Bolivia, Cuba y Nicaragua, que abandonaron la sala o no asistieron.
En el Caribe también hubo divisiones: mientras Barbados, Belice, Guyana, Bahamas, Dominica, Santa Lucía y Antigua y Barbuda se sumaron a la protesta, otros Estados decidieron mantenerse presentes.
En su intervención, Netanyahu rechazó las acusaciones de genocidio, defendió las operaciones militares en Gaza y cuestionó el reconocimiento internacional a Palestina, al que vinculó con el terrorismo de Hamás. Los asientos vacíos en el recinto reflejaron la fractura creciente de la comunidad internacional frente al conflicto.
La decisión de la República Dominicana evidencia su estrategia de equilibrio diplomático: mantener el reconocimiento a Palestina sin romper los vínculos de cooperación con Israel en áreas como tecnología, agricultura y seguridad.