Analistas valoran positivamente la medida del Banco Central, pero insisten en que su efectividad dependerá del destino de los recursos y de un enfoque a largo plazo centrado en la productividad.
SANTO DOMINGO.– La reciente decisión del Banco Central de liberar RD$50,000 millones del encaje legal para impulsar la economía ha generado reacciones mayormente favorables entre economistas y representantes del sector empresarial, quienes ven en la medida un alivio inmediato, aunque subrayan la urgencia de reformas estructurales para lograr un crecimiento sostenible.
Estímulo en medio de una desaceleración
Miguel Collado Di Franco, vicepresidente ejecutivo del Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES), destacó que en un contexto de estabilidad cambiaria, el Gobierno vuelve a utilizar los estímulos monetarios para dinamizar el consumo y la inversión mediante el crédito interno. Sin embargo, advirtió que la economía dominicana ha perdido tiempo al no avanzar en reformas estructurales que impulsen verdaderamente la productividad y el crecimiento sostenido.
“El problema es depender de estímulos como este o del gasto de capital, cuando lo que realmente se necesita son cambios estructurales profundos. Sin ellos, los impulsos seguirán siendo coyunturales”, apuntó Collado.
Recordó que en 2023 una medida similar representó el 2.9 % del PIB y ayudó a que la economía creciera un 2.4 %, pero advirtió que en 2024 se revirtió la expansión con una política más restrictiva, debido a la presión sobre el tipo de cambio y la falta de impulso interno.
Destinar fondos a sectores productivos
En esa misma línea, Richard Medina, coordinador de la Escuela de Economía del INTEC, valoró positivamente la medida, siempre que los recursos lleguen a sectores clave como la construcción, la industria local y las zonas francas, que han mostrado menor dinamismo. No obstante, indicó que habrá que esperar para evaluar su verdadero impacto en el crecimiento.
“Creo que el Banco Central actuará con cautela para evitar presiones sobre el tipo de cambio, aunque si estas se dan, serían leves y temporales”, opinó Medina.
Por su parte, la economista Ellen Pérez Ducy consideró que, aunque el efecto sobre las tasas de interés ha sido limitado en medidas anteriores, sí se ha observado una desaceleración del crédito desde 2023, lo que esta inyección de liquidez podría ayudar a corregir. Aun así, resaltó que “el problema no es falta de liquidez, sino el uso eficiente de esos fondos”.
Perspectiva académica y contexto internacional
Antonio Ciriaco Cruz, decano de la Facultad de Economía de la UASD, opinó que la medida es oportuna frente al bajo desempeño económico registrado en el primer cuatrimestre del año (2.5 % en promedio). Consideró que puede inducir a tasas de interés más bajas, sin generar presiones inflacionarias ni sobre el tipo de cambio, siempre que se mantengan las restricciones a sectores que no generen divisas.
Ciriaco también subrayó que el escenario internacional —con tensiones geopolíticas, políticas monetarias restrictivas en Estados Unidos y baja inversión pública— afecta significativamente el ritmo económico local, por lo que estos estímulos deben ser estratégicamente aplicados.
Rolando Reyes: «El estímulo debe ser específico y controlado»
Para el economista Rolando Reyes, la liberación de fondos no pone en riesgo la meta de inflación, pero sí requiere una implementación cuidadosa, ya que representa el 16.8 % de la base monetaria restringida. “Es crucial que se distribuya en dosis adecuadas para evitar distorsiones, y que se oriente al aparato productivo real”, expresó.
Reyes subrayó que la discusión debe enfocarse no solo en la cantidad de recursos liberados, sino también en los posibles efectos negativos del subsidio a la tasa de interés y del direccionamiento del crédito. A su juicio, este tipo de estímulo debe ser acompañado de una revisión profunda de la política económica a largo plazo.
Sector privado: apoyo condicionado a resultados concretos
Desde el sector empresarial, César Dargam, vicepresidente ejecutivo del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), valoró como positiva la medida, al inyectar recursos en un entorno internacional convulso y de altas tasas globales. Destacó que el Banco Central ha demostrado capacidad de reacción oportuna en los últimos años.
Sin embargo, Leonel Castellanos Duarte, presidente de la Unión Nacional de Empresarios (UNE), fue más cauteloso. Aunque reconoció que la medida puede oxigenar al sector productivo a corto plazo, insistió en que, sin reformas estructurales y una estrategia clara, el impacto será limitado.
“Hay muchas empresas operando con márgenes mínimos y alto peso tributario. Si estos recursos no se canalizan bien, pueden terminar en sectores de baja productividad o en consumo especulativo. No podemos permitirnos repetir los errores del pasado”, enfatizó Castellanos.
Llamó a las autoridades y a los intermediarios financieros a supervisar rigurosamente la asignación de estos fondos, para garantizar que lleguen a empresas que generen empleo, valor agregado y crecimiento sostenible.
El paquete de medidas
El pasado lunes, el Banco Central anunció la liberación de RD$50,000 millones del encaje legal, equivalentes a un 2.4 % del pasivo sujeto a encaje, autorizada por la Junta Monetaria en su sesión del 13 de junio. Esta suma se suma a otros RD$31,000 millones disponibles entre vencimientos y facilidades anteriores, para un total de RD$81,000 millones.
Los recursos deberán colocarse a una tasa máxima de 9 % anual, con plazos de hasta dos años, y destinados a sectores estratégicos como la construcción, manufactura, exportación, agropecuaria y Mipymes.
Conclusión
Tanto economistas como empresarios coinciden en que la medida del Banco Central puede dinamizar la economía a corto plazo. Sin embargo, todos subrayan que para lograr un crecimiento sostenible se requiere ir más allá de la política monetaria y asumir reformas estructurales que impulsen la productividad, mejoren el clima de negocios y fortalezcan el aparato productivo nacional.