Miles de personas han inundado nuevamente las calles de Puerto Príncipe y otras ciudades de Haití exigiendo la salida inmediata del primer ministro Ariel Henry. En un momento crucial, a punto de cumplirse la fecha del 7 de febrero, designada para la investidura de un nuevo jefe de Estado, las protestas han cobrado fuerza.
Las manifestaciones, que se tornaron violentas en algunos casos, dejaron al menos a un hombre herido en Pétion-ville, área residencial de la capital, con los manifestantes culpando a la Policía Nacional Haitiana por el incidente, alegando el uso de gases lacrimógenos y balas para dispersar a la multitud.
En un giro sorprendente, en la misma zona, varios agentes de la Brigada de Seguridad de las Zonas Protegidas (BSAP) se alzaron contra las autoridades, desafiando las órdenes que les prohibían portar armas y salir a las calles. Este acto de desafío fue recibido con entusiasmo por parte de la población local, lo que aumentó significativamente el número de manifestantes.
Las protestas se extendieron por todo el país, desde Jérémie hasta Cap-Haitien, con la gente saliendo a las calles para exigir que Henry cumpla con el acuerdo del 21 de diciembre de 2022, que estipula el fin del período provisional de su mandato, que ya lleva más de 30 meses. La indignación popular parece estar en su punto máximo, con una población que demanda un cambio inmediato en el liderazgo político del país.
