Una nueva variante de COVID-19 originaria de China ha sido detectada en los Estados Unidos. Expertos están vigilando de cerca la variante NB.1.8.1, la cual se ha convertido en la cepa dominante en China durante el año.
La variante se identificó por primera vez en EE. UU. a finales de marzo y principios de abril entre viajeros internacionales que llegaron de aeropuertos en California, el estado de Washington, Virginia y la ciudad de Nueva York. Posteriormente, se han confirmado casos adicionales en Ohio, Rhode Island y Hawái.
Según informes, la trayectoria del virus en China sugiere que esta variante se propaga más rápidamente que otras cepas dominantes de infecciones respiratorias. El profesor de microbiología e inmunología Subhash Verma señaló que la variante parece tener una ventaja de crecimiento, indicando que podría propagarse más fácilmente. En términos sencillos, es más transmisible. La variante puede causar síntomas como tos, dolor de garganta, fiebre y fatiga.
Aunque los CDC han indicado que hay pocos casos en Estados Unidos para un rastreo adecuado en sus estimaciones de variantes, expertos han estado monitoreando su propagación. Las pruebas realizadas por los CDC en aeropuertos han detectado una amplia propagación de esta variante, con viajeros infectados procedentes de países como China, Japón, Corea del Sur, Francia, Tailandia, los Países Bajos, España, Vietnam y Taiwán.
Existe una creciente preocupación en Asia, donde la variante ha generado un aumento sostenido de casos. En China, esta nueva cepa ha provocado un aumento de hospitalizaciones. Autoridades sanitarias en China continental han reportado que el porcentaje de pacientes que acuden a urgencias por síntomas de COVID-19 se ha duplicado a más del 16%, y la tasa de hospitalización ha aumentado considerablemente, superando el 6%, según el diario estatal China Daily. En Hong Kong, los contagios han alcanzado sus niveles más altos en al menos un año, con un notable aumento en las visitas a salas de emergencia y hospitalizaciones durante el último mes. Se registraron 81 casos graves en las últimas cuatro semanas, incluidos 30 fallecimientos, principalmente en personas mayores de 65 años.
A pesar de estas cifras, el gobierno de Hong Kong, bajo control de Beijing, ha minimizado la gravedad de la variante NB.1.8.1, afirmando que no parece ser más peligrosa que las anteriores. No obstante, la Dra. Amy Edwards, profesora de pediatría en la facultad de medicina de la Universidad Case Western Reserve, ha destacado el aumento en las hospitalizaciones que se está viendo en las áreas (China, Hong Kong) donde esta variante ha tenido un repunte significativo.