La Asamblea Nacional de la República Dominicana aprobó ayer una reforma constitucional que introduce importantes cambios en el sistema político, incluyendo la limitación de los periodos presidenciales a dos mandatos, la reducción de la cantidad de diputados, y la unificación de las elecciones congresuales, municipales y presidenciales para el año 2032.
Uno de los ejes de esta reforma, según destacó el presidente Luis Abinader, es la modificación del artículo 268, que establece la alternancia en el poder como un principio inalterable. Esta disposición prohíbe a cualquier presidente aspirar a un tercer mandato. “Esta es una muestra clara de mi convicción y compromiso democrático. Termino el 16 de agosto del 2028 y no sigo más, no sigo más. Nunca más”, afirmó Abinader en su discurso ante la Asamblea.
Durante la proclamación, marcada por la ausencia de 56 asambleístas y una manifestación pacífica en las afueras del Congreso Nacional, el presidente enfatizó que la medida garantiza que ningún mandatario, presente o futuro, pueda alterar las normas de elección en beneficio propio. La votación se realizó con la presencia de 166 legisladores, quienes apoyaron unánimemente la reforma.
Este fragmento parece ser de un discurso importante en la política de la República Dominicana, donde se reafirma el compromiso del gobierno con la alternancia en el poder y el respeto a la Constitución. La mención de la autoimposición de límites al poder y la prohibición de que el expresidente Danilo Medina vuelva a postularse resaltan una postura fuerte hacia evitar el continuismo y asegurar la independencia en el sistema político.
Esta postura muestra un esfuerzo por fortalecer la democracia y la transparencia en el país, subrayando el valor de los principios constitucionales y un Ministerio Público independiente. La declaración refleja un momento significativo en la historia política dominicana y puede ser interpretada como un avance hacia un sistema de gobierno más enfocado en la institucionalidad y la participación cívica sin la interferencia de intereses políticos personales.
El presidente Luis Abinader subrayó la importancia de esta reforma como una expresión de compromiso con los valores democráticos de la República Dominicana. Durante su discurso, resaltó que la Constitución no debe percibirse como un mero documento jurídico, sino como un símbolo de la identidad nacional y el espíritu de la ciudadanía. La nueva normativa busca, según él, reforzar la justicia, la paz y la estabilidad en el país, con el objetivo de consolidar la confianza de los dominicanos en sus instituciones y promover un sistema más transparente y equitativo. Esta reforma pretende acercar el marco legal a las necesidades actuales de la sociedad dominicana, fortaleciendo así el tejido social y democrático del país.
