En las primeras horas del domingo, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) de El Salvador anunció que el escrutinio preliminar había alcanzado un 31,49 %, revelando que el presidente Nayib Bukele había acumulado impresionantes 1.295.888 votos.

Con estos resultados, Bukele proclamó una victoria aplastante durante un emotivo discurso en el Centro Histórico de San Salvador, declarando: «Hemos ganado la presidencia de la República por segunda vez con más del 85 % de los votos», frente a una multitud de seguidores.

En la contienda, el partido Nuevas Ideas (NI), liderado por Bukele, supera a sus adversarios, con el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN, izquierda) obteniendo 110.244 votos y la Alianza Republicana Nacionalista (Arena, derecha) con 96.700 votos.

A pesar de la celebración anticipada, el TSE, encargado de proporcionar resultados oficiales, desestimó la validez de los datos presentados por Bukele. El magistrado Guillermo Wellman afirmó que «los resultados presentados por el presidente Bukele no son oficiales», reiterando que el árbitro de las elecciones es el TSE.

El magistrado Wellman subrayó que «lo que se diga fuera de aquí no es oficial hasta que nosotros no lo aseveramos», destacando la importancia de esperar los resultados oficiales durante el escrutinio final, que incluirá la verificación de las actas físicas.

En caso de confirmarse estos resultados, Bukele podría convertirse en el primer presidente salvadoreño reelegido, desafiando la prohibición constitucional, y marcando un hito en la historia democrática del país después de dejar atrás décadas de dictadura militar. El escrutinio final será crucial para determinar el destino político de El Salvador en los próximos años.