Moscú.– El cosmonauta ruso Oleg Kononenko se convirtió hoy en el primer hombre en alcanzar los 1.000 días en el espacio, récord que batió a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI).

«Soy consciente de que he logrado algo importante, algo nuevo, que he superado una barrera, me he acercado a lo desconocido», aseguró Kononenko en sus primeras declaraciones a la agencia TASS.

Kononenko, de 59 años, estableció la nueva marca a las 21:00:20 GMT después de cinco misiones a la plataforma orbital.

La larga estancia del ruso en la EEI permitirá a los científicos saber más sobre sus efectos fisiológicos en el organismo como la degeneración muscular, la pérdida de masa ósea, el empeoramiento de la visión y la pérdida de equilibrio (vértigos).

El cosmonauta ruso Oleg Kononenko reflexionó sobre cómo los vuelos prolongados en el espacio amplían nuestra comprensión de las capacidades humanas y contribuyen al desarrollo de la medicina espacial. Destacó que la humanidad está en el umbral de realizar vuelos interplanetarios, y el récord de 1,000 días en el espacio es un hito significativo en este camino.

Kononenko, quien pronto cumplirá 60 años, ha establecido múltiples récords en su carrera espacial. Llegó a la Estación Espacial Internacional en septiembre de 2023 a bordo de la Soyuz MS-24 y está programado para regresar a la Tierra el próximo 23 de septiembre, acumulando un total de 1,110 días en el espacio durante sus cinco misiones.

A pesar de los desafíos, como la tragedia del transbordador Columbia en 2003 que retrasó su primer vuelo espacial, Kononenko ha demostrado una dedicación excepcional a su profesión. Su larga experiencia en el espacio, que incluye siete caminatas espaciales, lo ha convertido en un experto en el campo.

El cosmonauta ruso aboga por la construcción de una estación espacial más avanzada y autónoma en el futuro, que sea una verdadera «casa espacial». Sugiere mejorar los sistemas de soporte vital para hacer frente a los desafíos de vivir en el espacio durante períodos prolongados.

A pesar de su enfoque en la exploración y el trabajo científico, Kononenko reconoce la importancia de su papel en la historia de la exploración espacial y cómo sus experiencias contribuyen al avance del conocimiento humano.

En su última misión en la Estación Espacial Internacional, Kononenko está llevando a cabo una serie de experimentos científicos que investigan los efectos de la ingravidez en el cuerpo humano, la orientación en el espacio y la inmunidad de los cosmonautas. Estos estudios son cruciales para preparar futuras misiones espaciales y mejorar las condiciones de vida en el espacio.