Su llegada ocurre en un contexto de alta sensibilidad geopolítica en el Caribe, y su sola presencia envía un mensaje de intención: Estados Unidos busca reforzar la cooperación en materia de seguridad con un país que considera un socio estable en medio de un panorama regional cada vez más complejo.
Hegseth, reconocido por su estilo poco convencional, ha llamado la atención desde su designación. Su confirmación en el Senado se logró por un estrecho margen —definido por el voto decisivo del vicepresidente J. D. Vance— y su trayectoria rompe con el perfil habitual de los últimos secretarios del Pentágono. No proviene de la estructura militar tradicional ni de los altos niveles del Departamento de Defensa, sino de un camino más mediático, marcado por su papel como comentarista de Fox News y figura destacada dentro del movimiento conservador que respaldó la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
Su cercanía con el expresidente es evidente. Hegseth comparte el tono confrontativo, las críticas a lo que denomina “la burocracia del Pentágono” y una visión de la política de defensa más directa, pragmática y menos atada a consensos históricos dentro del estamento militar. Antes de asumir el cargo, era conocido por cuestionar lo que consideraba un exceso de corrección política en las Fuerzas Armadas y por promover un enfoque más enérgico del poder estadounidense.
Esa sintonía con Trump fue determinante para su elección. El entonces mandatario buscaba un secretario firme y alineado con su estrategia exterior, caracterizada por la mezcla de presión militar, acciones selectivas y una marcada determinación en escenarios estratégicos. La visita de Hegseth a República Dominicana se enmarca en esa línea y refleja el interés de Washington en fortalecer la coordinación en temas de defensa y seguridad regional.




