El esperado fallo judicial en el caso de corrupción que mantuvo en vilo al país durante casi cinco años dejó sensaciones encontradas entre los involucrados y las autoridades. La sentencia condenó a ocho personas, entre ellas a Alexis Medina, hermano del expresidente Danilo Medina, mientras descargó a otros 13 imputados.
Lejos de ser visto como una victoria o un fracaso absoluto, el veredicto dejó a ambas partes a medio camino de sus aspiraciones. Medina recibió una pena inferior a la mitad de lo que solicitaba el Ministerio Público, y menos de la mitad de los encartados fueron declarados culpables.
Tanto el principal condenado como varios de los sentenciados confirmaron que recurrirán el fallo que los envió a prisión, en busca de reducir o anular las penas. Por su parte, el Ministerio Público también anunció apelaciones, esta vez para revertir las absoluciones de los 13 exonerados.
En el ámbito político, las reacciones no se hicieron esperar. Los diputados peledeístas Ramón Mayobanex Martínez y Gustavo Sánchez expresaron que, aunque no celebran la condena de Alexis Medina, se sienten complacidos por el contraste entre las amplias pretensiones del Ministerio Público y lo finalmente conseguido, así como por el hecho de que ningún exfuncionario resultó condenado.
El caso, que comenzó como uno de los procesos emblemáticos contra la corrupción administrativa, ahora entra en una nueva etapa de disputas legales que podrían prolongar aún más su desenlace definitivo.
