Abel Ricardo Santos Santos, un joven de 19 años residente en el Ensanche Ozama, y el periodista Edward Ramírez tienen una experiencia en común que ha generado inquietud pública: ambos fueron reportados como desaparecidos y días después se supo que estaban detenidos en destacamentos de la Policía Nacional, sin que sus familiares fueran notificados a tiempo.
Santos fue reportado como desaparecido el sábado 26 de julio. Su familia, desesperada por no tener noticias, comunicó el lunes 28 que había sido localizado. El joven regresó a su hogar y relató que había permanecido detenido en un destacamento policial por más de un día.
Según declaraciones ofrecidas por la madre del joven al periódico Listín Diario, la detención se produjo sin notificación alguna a sus familiares. Explicó que su hijo fue interceptado por agentes, trasladado en una patrulla y posteriormente retenido en el destacamento, donde no se le permitió comunicarse con nadie hasta la mañana del lunes, cuando le indicaron que podía marcharse.
“El muchacho no está acostumbrado a desaparecer así. No sabíamos nada de él y eso nos tenía muy angustiados”, comentó la madre, reflejando el temor que vivió la familia durante esos días de incertidumbre.
Por otro lado, el periodista Edward Ramírez fue reportado como desaparecido el miércoles, y posteriormente se confirmó que se encontraba detenido en el destacamento del Ensanche Naco, en el Distrito Nacional.
Lo insólito del caso es que mientras su paradero era desconocido, la propia Policía Nacional emitió un comunicado afirmando que sus agentes de la Dirección Central de Investigación (DICRIM) estaban desplegados en labores de búsqueda, incluyendo la revisión de cámaras de seguridad en las zonas donde se presumía que el comunicador podría haber estado tras salir de su medio de trabajo.
Ambos casos han reavivado la preocupación ciudadana sobre la falta de protocolos claros en detenciones policiales, así como la escasa comunicación de las autoridades con los familiares, generando incertidumbre y alarma innecesaria.