sábado, agosto 23, 2025
More
    spot_imgspot_img

    TOP 5 DE LA SEMANA

    spot_imgspot_imgspot_img

    Publicaciones relacionadas

    Malpasse: tierra sin ley donde el comercio sobrevive entre la crisis y la violencia

    Advertisements
    Ad 9

    La frontera en Jimaní, específicamente en la zona de Malpasse, se ha convertido en un terreno sin control claro, un espacio bullicioso donde, pese al cierre fronterizo ordenado por el gobierno dominicano, el mercado binacional sigue operando los siete días de la semana.

    Advertisements
    Ad 9

    Las restricciones migratorias no parecen tener efecto allí: los comerciantes haitianos cruzan, compran lo que pueden —o a veces solo comparan precios— y regresan. La falta de liquidez en Haití hace que muchos regresen con las manos vacías.

    Según expresan varios vendedores, las ventas han disminuido notablemente, en gran parte por el alza de precios, lo que mantiene al comercio en una constante tensión que solo se alivia parcialmente durante las ferias de los lunes y jueves.

    Jorge Araujo, un almacenista, comenta que el costo logístico es uno de los grandes obstáculos: transportar un camión desde Santo Domingo le representa un gasto de RD$30,000, a lo que se suman los altos precios de productos básicos como arroz, azúcar, espaguetis, salsa y sal. “Uno viene aquí más por mantener la rutina que por otra cosa”, señala, mientras observa a los clientes haitianos que “preguntan, comparan, pero no compran”.

    El testimonio de Holita, una vendedora haitiana de paletas, refleja el drama humano detrás del comercio fronterizo. Con un dominio limitado del español, explica que apenas logra vender “un chin”. Aun así, cruza cada mañana la frontera, impulsada por la necesidad y la responsabilidad de alimentar a sus cuatro hijos que permanecen en Haití. “No hay cuarto, no hay comida, no hay nada”, confiesa.

    Advertisements
    Ad 9

    Bajo el acecho de las bandas

    El temor a las pandillas que dominan el lado haitiano de la frontera condiciona el día a día de los comerciantes. Muchos han optado por dejar sus productos en suelo dominicano para evitar robos y extorsiones. Las bandas han llegado incluso a imponer peajes ilegales a quienes cruzan con mercancías, sumando otro riesgo a una economía ya de por sí precaria.

    Julio Clidis Alberto Pérez, presidente de la Fundación Centro de Desarrollo Flor del Sol, asegura que aunque algunos conflictos con las comunidades haitianas han sido gestionados, “no se está viendo ningún tipo de irregularidades”. Sin embargo, admite que la situación sigue siendo delicada.

    La violencia en Haití obligó a muchos vendedores a desplazarse a otras comunidades, lo que —según relatan algunos— ha permitido una leve reactivación comercial. Aun así, la inseguridad y la incertidumbre continúan marcando el pulso del mercado.

    La frontera oficial permanece cerrada, tal como lo dispuso el presidente Luis Abinader. Solo “un chin del mercado” se mantiene activo, como recuerda Pérez, en un entorno donde la economía informal y el riesgo comparten territorio sin ley.


    Advertisements
    Ad 9

    ARTICULOS POPULARES