miércoles, abril 23, 2025
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    Boca Chica vive una Semana Santa atípica: tranquilidad en la playa, pero preocupación entre comerciantes

    El panorama en la playa de Boca Chica durante esta Semana Santa 2025 ha sido completamente distinto a lo acostumbrado. Sin música, sin bebidas alcohólicas visibles y con muchas mesas desocupadas, el ambiente ha sorprendido tanto a visitantes como a comerciantes.

    Según los bañistas, esta inusual calma se debe a las estrictas medidas implementadas por las autoridades. Algunos culpan directamente a la senadora Faride Raful, mientras otros atribuyen el cambio de ambiente a la tragedia reciente ocurrida en la discoteca Jet Set, lo que ha llevado a muchas familias a optar por quedarse en casa.

    “Yo veo esta Semana Santa mejor que nunca, parece que todo el mundo se fue al campo. Antes esto era un caos para bajar en carro”, opinó uno de los asistentes.

    Otros visitantes celebran el ambiente apacible, señalando que la ausencia de equipos de música en la costa permite disfrutar de una mayor paz.

    Las autoridades, por su parte, han reforzado la vigilancia en el área. El director de la Defensa Civil, Juan Salas, informó sobre la instalación de carpas con personal médico y psicológico, listas para atender desde emergencias hasta casos de niños extraviados. También exhortó a la población a desplazarse con cautela, especialmente durante las horas de la tarde.

    Comerciantes sienten el golpe

    Sin embargo, no todos están satisfechos con este nuevo ambiente. Vendedores locales han expresado su descontento ante la baja afluencia de visitantes, que ha impactado directamente sus ventas.

    “Pasado el mediodía, algunos no hemos vendido ni un solo plato de pescado”, relató una de las comerciantes, quien además denunció la instalación de retenes por parte de la Digesett que dificultan el acceso de vehículos a la zona comercial.

    “Todo está lento”, coinciden varios vendedores, quienes aseguran que al llegar la tarde muchos optan por cerrar ante la falta de clientes. Algunos han tenido que contratar servicios de delivery para movilizar productos y sortear las restricciones de acceso.

    Así ha transcurrido este Sábado Santo en Boca Chica: con un ambiente sereno para los vacacionistas, pero con un sabor amargo para quienes dependen del turismo para sostener su economía.


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